Acampada furgoneta

Claves para convertirte en viajero

Si has llegado hasta aquí ya tienes lo primero que hace falta; las ganas de convertirte en viajero. Quizá te estás planteando las mismas cuestiones que una gran mayoría en su comienzo y que también me planteé yo. Viajar está muy bien, pero hace falta dinero. No te voy a mentir, un mínimo sustento económico hay que tener, pero no son necesarias grandes cantidades ahorradas para poder llenar una mochila y recorrer kilómetros. Todo dependerá también de cómo quieras enfocar el viaje.

¿HACE FALTA MUCHO DINERO PARA VIAJAR? ¿POR DÓNDE EMPIEZO SI QUIERO CONVERTIRME EN VIAJERO? ¿ME HACE FALTA UNA FURGONETA?

Las ganas no te faltan, pero quizá no tengas el dinero que piensas necesario o una furgoneta para comenzar a vivir la Van Life, tan mencionada últimamente. Te adelanto que nada de esto es obligatorio. Si te gusta viajar; viajarás.

Lo primero de todo es plantearse un trayecto. La gente suele utilizar la palabra viaje, cuando se trata de grandes desplazamientos y de larga duración, pero la RAE define la palabra viaje como: «Traslado que se hace de una parte a otra por aire, mar o tierra», por lo que, anímate a viajar aunque solo sea uno o dos días en el fin de semana.

Vale, me animo a pasar el fin de semana fuera, pero no tengo una furgoneta para poder dormir. No pasa nada, no es necesario que tengas una camper. Te sirve cualquier coche. Si tienes uno en el que puedas echar los asientos traseros hacía delante, te podrás hacer una cama que será perfecta para pasar unos días. Si por el contrario en tu vehículo los asientos son fijos, acurrucado en los traseros también podrás echar una cabezada. El primer coche que tuve me sirvió en varias ocasiones para dormir cuando quería pasar unos días fuera, por suerte, tenía los asientos abatibles, pero también he dormido varios días encogido en los asientos traseros de un viejo Chevrolet mientras recorría la costa Californiana. ¿No tienes vehículo propio? ¡tampoco es un problema!

NO TENGO VEHÍCULO PROPIO PARA VIAJAR.

No te preocupes, todo pasa por el enfoque que le quieras dar a tu viaje, como mencioné al principio de este post. Una tienda de campaña sería la solución. Tendrás que consultar la legislación vigente del país donde hagas el viaje con respecto a la acampada, aunque en muchos lugares encontrarás una zona de campo donde instalar la tienda al anochecer y recogerla al amanecer. Si no tienes tienda, anímate a pedírsela a algún amigo o puedes comprarte una, las hay a buenos precios y de calidad razonable. Si tampoco tienes amigos o conocidos que te puedan prestar una tienda o no dispones de medios económicos para invertir en una, siempre podrás optar por el Vivac o lo que es lo mismo, dormir a la intemperie. Una esterilla y un saco serán suficientes para pasar una noche acompañado por un cielo repleto de estrellas.

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Vivac que hicimos unos amigos en una ruta por la Sierra de Gredos.

Si lo que tienes es unas ganas terribles de vivir la vida camper y dispones de posibilidades económicas, mi recomendación antes de que te embarques en la compra de una, es que la alquiles por unos cuantos días. Primero tendrás que saber si la vida en una furgoneta es o no para ti. La idea de viajar en este vehículo está completamente idealizada. Internet nos llena de increíbles imágenes en lugares paradisiacos llenos de luz, montañas, mar, donde todo emana felicidad.

No digo que en ocasiones pueda ser así, pero no lo es por real general. En esas fotos no se muestra que muchas veces hay que dormir en aparcamientos de centros comerciales, o en la zona de parking de una gasolinera o en zonas de muchos ruidos, tampoco se ve cómo hay que organizarse metódicamente en un espacio tan reducido o cómo haya que realizar la tan desagradable tarea de tirar las aguas negras. Como te comento, alquílate una, vive la experiencia durante unos días y decide.

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Esta autocaravana la alquilé durante unos días, allá por el 2007, para decidirme por autocaravana o furgoneta.

Una vez tomada esta decisión, volvemos al enfoque del viaje desde el punto de vista económico. Independientemente del modo de transporte que utilices para viajar, puedes plantearte un viaje por muy poco precio en otros aspectos. Puedes ahorrar mucho en comida. Comerte un bocadillo o hacerte un plato de pasta en un infiernillo siempre será mucho más barato que comer en un restaurante. También puedes ahorrar en ocio. Una cerveza de grifo bien fría en un terraza sabe a gloria, pero si la cambias por una cerveza de lata de un euro y te vas a algún mirador o a la playa, además de ser una opción más barata, tampoco tiene nada que envidiarle.

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Una litrona y un atardecer en una de mis playas favoritas: Tonel, en Sagres (Portugal)

Si por el contrario eres más de ciudad que de naturaleza y no te quieres perder todo lo histórico que una urbe tiene para ofrecerte, tienes infinidad de guías que te harán tours por muy poco precio o incluso por la voluntad en casi cualquier ciudad del mundo.

En combustible también puedes ahorrar grandes cantidades de dinero, en vez de repostar en la gasolinera que pille de camino, busca las estaciones de servicio que tengan el precio por litro más barato, las puedes consultar en la app «Gasolineras de España», que mencioné en mi anterior post, «Las mejores apps para furgoneteros».

Si eres viajero de carretera, elige una ruta que no pase por autopistas de peaje, el entorno en carreteras secundarias es mucho más agradable.

En definitiva, si planteas el viaje desde el punto de vista de ahorro económico, siempre tendrás opciones para no quedarte en tu casa. Es cuestión de tener ganas de viajar, simplemente eso.

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